Lecciones de la abuela sobre el dinero

¿Te acuerdas cuando tu abuela te regalaba dinero a escondidas de todos? Qué aliviane para tu cartera. Si era un refresco o un juguete, una lanita extra siempre caía (y cae bien).  

¿Pero qué pasa si ese y otros consejos los llevas a la vida adulta? Recuerda que a las abuelas nunca les faltaba nada y de comida, ni se diga...  

Recordemos sus sabios tips para ponerlos en práctica.  

Aprender de la experiencia es un valor único 

Bien dicen por ahí - “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”, y no porque necesariamente tu abuela sea un ente maligno sabe más que tú, sino porque la experiencia le ha enseñado muchas cosas.  

La vida se trata de prueba y error, conforme pasan los años, vamos aprendiendo más y más.  

Es lo mismo con tus finanzas, ¿recuerdas cuando ibas al kinder y 10 pesos te parecían una fortuna? Ahora que creciste, te diste cuenta de que hoy en día, no alcanzan para mucho. Aunque con una buena administración, sirven demasiado.  

No gastes lo que no tienes 

¿Alguna vez oíste a tu abuela decir “YOLO”? ¡Pues no! O sea, sí, solo se vive una vez, pero se trata de vivir bien, con tranquilidad y estabilidad financiera. Puede parecer difícil, pero es posible lograrlo.  

¿Y cómo le hago? 

La clave está en saber administrar tu lana. Imagina que tienes ingresos mensuales de $10,000 MXN, pero te diste un gusto de $8,000 MXN en ropa... ¡No la vas a armar!  

De los $2,000 MXN restantes tienes que pagar $5,000 MXN de renta y una despensa mínima de $1,500 MXN eso sin sumar servicios, transporte, etc. 

Primero lo primero, debes priorizar lo esencial para vivir, ya que hayas cubierto esos gastos, es hora de pensar en los gustos.  

Ahorra para los días nublados 

Tu abuela siempre te decía: “más vale prevenir que lamentar”. La vida, a veces, nos da sorpresas inesperadas y es importante prepararse para esos momentos.  

• Aparta 10% de tus ingresos: Aunque parezca poco, con el tiempo se convierte en un colchón que te salva de imprevistos 
• Metas pequeñas, logros grandes: Empieza guardando el dinero que gastarías en antojitos. Con el tiempo, verás cómo esa lana se multiplica 

Con un fondo de emergencia vas a enfrentar esos momentos sin tener que recurrir a préstamos o, peor aún, a pedirle lana a amigos o familiares. Un peso ahorrado hoy, es tranquilidad mañana. 

Compartir con los demás: La generosidad que siempre da sabor 

El verdadero valor no se mide solo en la cantidad de dinero acumulado, sino en la capacidad de compartirlo. Con la misma calidez con que la abuela preparaba su receta secreta, ella demostraba que compartir fortalecía los lazos familiares. 

• La importancia de la generosidad: Siempre había un lugar para apoyar a quien lo necesitaba, ya fuera con un pequeño préstamo o invitando a la familia a disfrutar de una comida casera 
• El valor de la solidaridad: Compartir, según sus enseñanzas, no era solo un acto económico, sino un gesto de amor y compromiso con la familia 
• Multiplicar el bien: La filosofía de la abuela era que el dinero que se comparte se multiplica en forma de gratitud y unión, creando una red de apoyo invaluable 

Esta lección va más allá de las finanzas personales: es una invitación a vivir en comunidad, a tender la mano a quien lo necesite y a recordar que, al final del día, lo más valioso es el bienestar compartido. 

¿Puedo cambiar la forma en que manejo mis finanzas? Sí puedes 

Las lecciones de la abuela sobre el dinero trascienden el simple manejo financiero. Son vivencias llenas de cariño, donde cada anécdota y cada dicho demuestran que, con organización, ahorro, inversión, celebración y generosidad, es posible transformar cómo manejas tu dinero.  

Al poner en práctica estos consejos, se crea una base sólida que permite disfrutar de la vida con la misma calidez y sabor que se encuentra en sus recetas. 

La abuela siempre dejó claro que el verdadero valor está en aprender de la experiencia y en compartir esa sabiduría para que las futuras generaciones puedan disfrutar de una vida financiera tan estable y rica en amor como un buen pozole en invierno.